La catarsis de Fred Roldán

Sin duda, hablar de Fred Roldán es sinónimo de trabajo, esfuerzo, pasión, entrega, Pinocho, y por supuesto, teatro. En esta ocasión, hablar de “Es mi vida” , el monologo de este primer actor, me resulta muy difícil y sencillo a la vez. Difícil por que: No se puede expresar con palabras el vórtice de sentimientos al que te transporta oír la vida de Fred; unos fracasos terribles, decepciones, golpes, maltratos, abusos, que en segundos se pueden volver anécdotas sumamente divertidas en las que más de uno se siente identificado.
 
Este monologo comienza como todas las historias que Fred suele llevar al teatro: Los cuentos infantiles que dicen “Había una vez”… Un bebé muy deseado y amado que fue cambiado de nombre más de una ocasión, una infancia terrible, el sueño de ser artista… La soledad, el hambre y la pobreza también… Hasta que llega el amor y de forma súbita, la muerte. No puedo contar a detalle, aunque me gustaría hacerlo, porque si lo hago, podría escribir horas y horas mis puntos de vista sobre cada situación, sobre cada recuerdo, y claro está, les quitaría a ustedes las ganas de verlo.
 
Fred realiza un trabajo como persona muy fuerte: el enfrentarse a sus demonios y fantasmas no es fácil para nadie, ahora, imaginen hacerlo enfrente de un teatro lleno. Y el trabajo que realiza como actor, es simplemente delicioso. De la risa al llanto, del llanto al enojo, del enojo al numero musical, del musical a la paz, de la paz a la peor pesadilla… Contener tantos sentimientos no es fácil; para un actor nos resulta sencillo después de un gran trabajo, de ensayo, de analizar un texto, de conocer nuestra capacidades y alcances histriónicos, pero lo que hace el Señor Roldán con un texto que la vida y el destino escribió por el, con tantas tragedias, altas y bajas, y contarlas a un publico ávido de saber más de el, es simplemente excepcional. Su dominio de el escenario, su experiencia y sabiduría, hacen de este monólogo, no un montaje para que vayas a sufrir y un dramón digno de una ópera, si no una enseñanza de que aunque creas que no tienes nada, te tienes a ti mismo y puedes llegar a triunfar, a tener una vida maravillosa llena de éxitos, reconocimiento, y sobre todo de hacer lo que te gusta y todavía cobrar por ello.
 
Cuenta con algunos números musicales que de verdad son un remanso de alegría, Fred los interpreta de una manera como solo el sabe hacerlo, entregándose por completo en cada nota musical, en cada paso, en cada expresión corporal. Cabe destacar, que tanto artistas como público en general se identificarán con muchas de estas vivencias, que los llevarán de la alegría al llanto, y ojo, MUCHO llanto, así que no deben olvidar llevarse un rollo de papel de baño o pañuelos desechables. Indispensable.
 
Puedo decir, que si no conoces el trabajo del Señor Roldán y lo haces por primera vez asistiendo a esta puesta, saldrás conmovido, y con hambre de conocer todo su trabajo. Si ya conoces su obra, no puedes perderte esta oportunidad, ya que no lo hace seguido: tuvieron que pasar 10 años desde su estreno en el 2004 para que se animara a montarlo de nuevo, y te aseguro que, como yo, saldrás admirando y respetando más a este hombre, al Pinocho de México por 33 años, a un actor que cumple 49 años de estar en los escenarios, a un dramaturgo, actor, productor, cantante, bailarín, comediante, letrista, empresario, un artista… A un Señor Teatro.
 
Gracias Fred por regalarnos un pedazo de ti, de tu vida, y dejar que tus ángeles nos cobijen al llegar a tu teatro. Gracias por hacer teatro, gracias por enseñarnos a muchos, que si se puede.
 
“Es mi vida” se presenta en el Centro Cultural Roldán Sandoval desde esta semana, todos los martes y miércoles hasta que el decida terminar la temporada. Así que corran a verla, ¡Ya!
 

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