[divider]El clásico de Samuel Beckett[/divider]
Esperando a Godot, de Samuel Beckett, el clásico contemporáneo será llevado al Teatro Orientación, a partir del 11 de agosto, en una versión apegada al argumento, sin trucos ni artificios, a 110 años del nacimiento del autor irlandés.
“Para esta puesta en escena hemos tomado al toro por los cuernos y por eso decidimos conservar la radicalidad con que Beckett expuso su obra. Así que hemos tomado esa radicalidad y la expondremos de forma literal. Para conseguirlo hemos despojado al teatro de sus trucos y nos apoyamos en la humanidad de los actores, a través de una expresión dramática en estado puro, con un espacio vacío que lucirá un haz de luz para romper y poetizar el espacio en su más cruda y espantosa realidad”, dijo José Luis Cruz.
Esto hará que la puesta se apoye en el tempo emocional de los actores, en los sonidos del cuerpo y la expresión corporal de Vladimir (Gerardo Martínez) y Estragon (Jaime Estrada), los dos outsiders que protagonizan la trama, esos dos limosneros que juegan y expresan sus emociones con una serie de artimañas y juegos para quemar y matar el tiempo.
“Esta obra no podría ser representada por jovencitos que no conocen la vida, porque es una pieza cargada de una emotividad extrema donde importará mucho la imaginación del público. Por eso optamos por actores experimentados, quienes encarnarán los diálogos con todo el cuerpo y su expresión verbal”.
José Luis Cruz apunta que si bien los diálogos se mantendrán apegados al argumento original, se realizará una adaptación, dado que el original necesitaría de cuatro horas y media, este montaje tendrá una duración de 90 minutos.
Uno de los elementos vitales de Esperando a Godot, asevera José Luis Cruz, es que se trata de un clásico que nos lleva a relecturas shakespereanas. “Eso lo dijo un pensador teatral, porque Final de partida y Esperando a Godot tienen que ver con El rey Lear. Y en esa confluencia estriba la contemporaneidad de un texto como el de Beckett que debemos atraer a nuestro contexto”.
El montaje, que será protagonizado por Gerardo Martínez Pichicuas, como Vladimir; Jaime Estrada, quien encarnará a Estragon; Sergio Acosta, como Pozzo; Evaristo Valverde, como el esclavo Lucky, y Nancy Michel y Aída Flores, estará en cartelera hasta el 4 de septiembre, con posibilidades de prórroga y, posteriormente itinerará por el norte del país y estados sureños como Oaxaca y Chiapas.
¿En esta versión hay una adaptación al contexto mexicano? “No existe una adaptación a México, sino una metáfora, porque se aportan elementos para ubicarla y transterrarla a la Ciudad de México. Porque se entiende que hay un contexto donde los actores hablan de cierta manera y les brota su chilanguismo, pero eso es indirecto y el público lo comprende”.
¿La escenografía es minimalista? “En realidad no hay mayor recurso escénico que el actor en el espacio vacío, donde creará atmósferas con su cuerpo, su expresión corporal y sus emociones, un espacio con una rama de árbol, donde converge la devastación del hombre por el hombre. Por eso planteamos un teatro al desnudo donde predomine el vestuario creado por Ainé Martelli, con desechos y ropaje raído”.
Por último, el director escénico lamentó la brevedad de la temporada en el Teatro Orientación. “Esperamos tener éxito para que la temporada se prolongue. Ahora las temporadas son muy cortas; ya no existen esas temporadas de 150 funciones. Ahora la preocupación es cubrir un número de presentaciones porque las autoridades de la Coordinación de Teatro de Bellas Artes están más preocupadas por las estadísticas”.
El estreno de Esperando a Godot será el próximo 11 de agosto en el Teatro Orientación, del Centro Cultural del Bosque (INBA) a las 20:00 horas.
Con información de Excélsior.