[divider]El martes 26 de julio a las 20:00 en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes, en el marco de la Temporada de Danza en el Palacio 2016 [/divider]
Aunque el tema central sea la muerte, Latidos no es un acto de despedida, sino un acompañamiento a alguien que se encuentra en ese proceso; habla sobre ese trance que implica el cambio de muchas cosas.
Apoyada por el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, y producida por el Instituto Nacional de Bellas Artes, Latidos surgió “por el deceso de mi papá. En ella hablo de esa idea a la que siempre le he temido: estar cerca de alguien tan querido en su proceso de muerte”.
Para la también bailarina, este montaje es un ejercicio ligado a la profundidad de las entrañas, a algo muy genuino:
“Durante el proceso con los bailarines nos dimos cuenta que habíamos abandonado a nuestros muertos en algún lugar del cuerpo. Entonces, empecé a darme cuenta que la vida convive con los muertos más de lo que creemos y más de lo que nos asusta. Es en ese momento en el cual el movimiento cobra su propia vida”.
Appleton detalló que Latidos explora la manera en la que la muerte influye en lo temporal y coloca a los individuos en tiempos que no son lineales, algo que modifica también el aspecto estético.
“Cuando mi papá estaba en ese momento, yo empecé a darme cuenta que él entró en su propio tiempo para despedirse de todo, y la familia estaba en otro tiempo, lo que me llevó a repensar la temporalidad de lo que sucede en el escenario.
“Esto es lo que vuelve compleja a la propuesta, pues rompe el orden de las acciones porque suceden en dos planos: el de la psique y el de la conciencia, aunque hay momentos en los que las acciones siguen una temporalidad y se unen”.
Cecilia Appleton adelantó que la obra contará con la participación de 11 bailarines en el escenario, así como con una proyección en video, constante con la que Contradanza ha trabajado desde hace varios años.